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ZALAMEA LA REAL - HISTORIA

MINERÍA PREHISTÓRICA EN ZALAMEA LA REAL

MINERÍA PREHISTÓRICA EN ZALAMEA LA REAL

Los primeros pasos que el hombre prehistórico da en la minería no tuvieron como fin la extracción del metal como hoy la conocemos. En la actualidad esta actividad se entiende, casi exclusivamente, como la extracción de las menas de las que se obtienen los metales.

 La minería nace y progresa a causa de la necesidad de materiales adecuados para el desarrollo de cada civilización por ello no es de extrañar que los primeros vestigios mineros se remonten al Paleolítico. La necesidad de piedras adecuadas para elaborar armas y utensilios hacen que se vean obligados a buscar en su entorno las más adecuadas a sus necesidades y cuando no la encuentran en sus lugares de origen se desplazan a otros lugares, naciendo de esta manera un tipo de comercio. Entre las vetas que más utilizó el hombre prehistórico estaba el sílex y  el cuarzo para tallar y mármoles de diferentes composiciones y otras rocas para pulir. De esta manera aparecen los primeros mineros canteros del sexto al cuarto milenio a.c.

  El sílex se utilizó en la prehistoria por sus propiedades de corte, duración, tipo de fractura y abundancia. Se trata de una roca frágil, en cierto modo parecida al vidrio, que al golpearla con otra piedra (percutor) provoca el desprendimiento de una lasca con filo cortante. Cualidad que lo hace idóneo para la fabricación de utensilios y armas con puntas planas y delgadas en forma de hoja, trabajadas por ambas caras, uniendo las puntas, con resina, a mangos de madera o astas de animales.

Durante el Neolítico, sin embargo, los trabajos mineros se concentraron en la consecución de rocas que por su colorido o por sus propiedades fueron utilizadas con fines ornamentales o para la fabricación de herramientas útiles en su vida cotidiana. De esta manera con ellas se realizaron adornos personales que alcanzaron un gran valor en estas primeras comunidades. La azurita, la malaquita y la variscita fueron las rocas más preciadas en aquel tiempo y que por su alto valor eran requeridas en todas la comunidades.

 Desde entonces y hasta nuestros días, la minería no ha dejado de desarrollarse de una manera continua. Una de las pocas cosas que hacen del hombre un ser único en el reino animal, es su capacidad para construir herramientas. Pero el paso definitivo se produce cuando el uso de  rocas de diferentes coloridos que se utilizaban como adorno, cuentas de collar, colgantes, ídolos etc, da a su propietario la distinción y la importancia que dentro del grupo tendría el personaje.  Entre las más utilizada se encuentran la variscita, la serpentina y la pizarra. Igualmente para fabricar tintes para pieles se utilizas diversos tipos de sulfatos de cobre. La materia prima más común encontrada en los dólmenes de El Pozuelo con la que se elaboraban las cuentas de collar eran las “piedras jabón”, hallándose tan sólo algún ejemplar de variscita.

Puede que los distintos pobladores que se instalan en nuestra zona lo hagan por el interés que le ofrece la riqueza minera de este territorio, de esa manera pasaron por nuestra zona, fenicios, griegos, romanos… etc. todos atraídos por la riqueza que nuestra comarca les proporcionaba, dando comienzo así a una nueva actividad que durará hasta nuestros días.

Según todos los indicios una de las primeras menas que se trabajan en la comarca fue la serpentina, una roca de color verde por oxidación de su contenido en cobre, era muy abundante en todas las minas de nuestro término municipal aunque es presumible que igualmente la variscita sea extraída también al ser un mineral  de características similares a pesar de que los hallazgos  de ella encontrados en los dólmenes son menores que los de serpentina.

Esta última es un mineral común y corriente, generalmente presente como producto de alteración de ciertos silicatos magnésicos, especialmente olivino, piroxenos y anfiboles. Aparece asociada frecuentemente con la magnesita , la cromita y magnetita. Se da tanto en las rocas ígneas como en las metamórficas; frecuentemente se presenta en partículas diseminadas; en algunos lugares lo hace con tal cantidad que llegan a formar prácticamente la masa entera de la roca.

Durante el III milenio coexisten la cantería con una nuevo modelo de minería que nace en el calcolítico.

Todos los arqueólogos e investigadores están de acuerdo en que fue el cobre el primer metal trabajado por el hombre. Probablemente nuestros antepasados  lo encuentran de manera casual al hallar cobre nativo que por oxidación adquiere un color similar a la serpentina o la variscita, al pulirlo descubre sus propiedades: su brillo y maleabilidad. El “cobre nativo” (metal casi puro que se encuentra en algunas partes superficiales de los yacimientos) se puede trabajar, bien en frío, por simple martilleado, bien calentándolo tan sólo a unos 300º C, lo que aumenta su maleabilidad. Lograr esta temperatura estaba al alcance del hombre del neolítico.

 Al iniciarse el III Milenio a.c, la franja pirítica ibérica desarrolló un repentino, masivo y coyuntural programa de ocupación del territorio, articulado alrededor de la práctica de la minería y metalurgia intensiva del cobre, de la que Cabezo Juré sólo fue uno de sus múltiples exponentes.

Imagen de la foto: Cuentas de collar halladas en un dolmen.

Manuel Domínguez Cornejo        Antonio Domínguez Pérez de León

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