VEINTE AÑOS DE "REAL" HERMANDAD
Aunque aquellas personas próximas a la Junta de Gobierno de la Hermandad de Penitencia y las que tienen o han tenido algún vínculo con ella conocen la razón de por qué hoy esta hermandad ostenta el calificativo de “Real”, es cierto que una inmensa mayoría desconoce el origen de este apelativo y es común el error de creer que se le aplica por extensión del que tiene el nombre del pueblo.
No existe ninguna relación entre ambas circunstancias. Como bien es sabido, el adjetivo “Real” que sigue al nombre de Zalamea tiene su origen en 1592, al pasar nuestro pueblo de pertenecer al arzobispado de Sevilla a ser villa de realengo de acuerdo con el privilegio otorgado por Felipe II en aquel año.
El motivo de llamarse “Real” la Hermandad de Penitencia es otro muy distinto y se obtiene hace ahora justamente 20 años y fue consecuencia de un proceso, al que modestamente contribuimos, y que vamos a recordar someramente.
El día 15 de julio de 1994 la Junta de Gobierno de la Hermandad de Penitencia, presidida en aquel momento por Don Pedro Borrallo Domínguez, hermano mayor, acuerda solicitar a S. M. Don Juan Carlos de Borbón y Borbón, rey de España, que aceptase el nombramiento de Hermano Mayor Honorario y poder ostentar esta hermandad el título de “Real” por atribución.
Meses después, la Casa Real, responde en una carta de la Secretaría General, con fecha de 30 de noviembre de 1994, en la que se nos pide datos históricos de la Hermandad de Penitencia , estatutos por los que se rige, actividades que lleva a cabo y las relaciones que pudiera tener con la casa real, así como cuanta documentación pudiera acreditar el hecho de ostentar aquel privilegio.
De forma inmediata nos pusimos a trabajar impulsados por la Junta de Gobierno y su hermano mayor a la cabeza. Después de un tiempo de recopilación y elaboración de los datos solicitados, el 14 de febrero de 1995 se le remite un dossier con los documentos solicitados. En él se incluía una relación de los hechos históricos acerca de los orígenes de la Semana Santa de Zalamea y de todos los elementos que la componen, Hermandad de la Vera Cruz, La Vía Sacra y la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Soledad. Así mismo se le envía una relación de todas la actividades que realiza y promueve y que no se limitan a las procesiones de Semana Santa, sino también quinarios, triduos, pregón, conferencias, etc. Para argumentar su relación con la institución real se le expuso todo el proceso de emancipación de Zalamea del arzobispado de Sevilla y su adhesión a la corona y se le refirió la carta de privilegios otorgada por Felipe II en 1592. Todo ello acompañado de copias de las actas capitulares y cartas relacionadas con la fundación de la Vía Sacra, del libro de acuerdos de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, así como copias de las reglas y copia de la propia carta de privilegio de 1592 con la firma autógrafa de Felipe II.
Como respuesta a todo esto, el 22 de marzo de 1995, el Jefe de la Casa de S,M. el Rey remite al hermano mayor de la Hermandad de Penitencia una credencial en la que consta que el Rey ha aceptado el nombramiento. Por tanto a partir de ese momento, como efecto de ese acuerdo nuestra Hermandad de Penitencia comienza a denominarse:
“Real y Fervorosa Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de la Sangre, Santísimo Cristo Yacente, María Santísima de los Dolores, Nuestra Señora de la Soledad y San Juan Evangelista”.
Manuel Domínguez Cornejo Antonio Domínguez Pérez de León
0 comentarios