KRISTINA DE NORUEGA. LA PRINCESA VIKINGA
Este año las XI jornadas musulmano-cristianas han estado dedicadas a las relaciones que Castilla tuvo con Noruega en tiempos de Alfonso X, el mismo que firmó el privilegio rodado de 1279 referido a nuestro pueblo, y que figuradamente nos visita cada año durante el desarrollo de las jornadas que organiza la asociación CISTUS JARA. Hemos creído oportuno extendernos sobre este hecho aunque, sólo por esta circunstancia, tenga una lejana e indirecta conexión con Zalamea.
Estas relaciones se materializaron en la boda de la princesa Cristina, hija del rey Haakon de Noruega con el infante Felipe de Castilla, hermano de Alfonso X. La boda y el ajetreado desplazamiento de la princesa noruega hasta Castilla originó una leyenda que se difundió y caló profundamente en aquella época.
Según la leyenda se decía que Alfonso X pretendía repudiar a su esposa Doña Violante, por su incapacidad para concebir descendencia. Buscó a otra joven y la encontró en la persona de Doña Cristina, hija del rey de Noruega, que partió para Castilla segura de su matrimonio. Pero como los viajes eran bastante lentos en aquel entonces, para cuando la noruega llegó al reino hispano, quiso el destino que la esposa del rey, Doña Violante quedara preñada y diera a luz a la infanta Berenguela (Violante tuvo diez hijos más), y Doña Cristina vio así frustrada su pretensión. Fue entonces un hermano del rey, el Infante Don Felipe de Castilla, quien la llevó al altar. La princesa noruega, “de bellos ojos azules como nuestro cielo, cabellos como nuestro sol, y tez como la nieve de los montes escandinavos” murió en 1262 sin dejar descendencia.
En realidad la leyenda carece de fundamento. Aunque es cierto que Violante tardó en concebir, entre otras cosas porque casó con Alfonso a la edad de 10 años, en el momento de la partida de Cristina hacia Castilla, Violante ya le había dado varios hijos a Alfonso. Por otra parte su repudio hubiera supuesto un grave conflicto entre Castilla y Aragón, toda vez que Violante, o Yolanda, era hija del rey Jaime I el Conquistador.
En verdad el matrimonio entre Cristina y el infante castellano fue concertado en el contexto de los acuerdos entre Castilla y Noruega, que respondían a los intereses de ambos monarcas, Alfonso pretendía encontrar apoyos en Europa para coronarse emperador y Haakon, el rey Noruego, buscaba ampliar su ámbito comercial. En su viaje hacía Castilla, la princesa pasó por Aragón y hay quien asegura que el rey Jaime I le llegó a ofrecer matrimonio. Finalmente se casó con el infante Felipe, hermano de Alfonso X, que había sido arzobispo de Sevilla, y abandonó su carrera eclesiástica para tomar los derroteros de la política y el primer paso fue su boda con Cristina de Noruega. El enlace tuvo lugar en Valladolid en 1258. La princesa vikinga murió tan solo cuatro años después sin dejar descendencia. Está enterrada en el Claustro de la Colegiata de San Cosme y San Damián, en Covarrubias (Burgos). No se conoce con certeza la causa de su muerte. Hoy existe una Fundación que tiene como objetivo recuperar su memoria y ha construido recientemente una capilla dedicada a San Olav en sus proximidades, como fue su deseo en vida. Diversos autores han publicado novelas de ficción histórica sobre este personaje.
Por cierto el arzobispo que sucede al infante Felipe en la sede de Sevilla fue don Remondo de Losana, aquel que también nos visita cada año - también figuradamente, claro- durante las jornadas, y que recibió del rey sabio el señorío de Zalamea.
Imagen de la foto: Sepulcro de la princesa Kristina de Noruega en Covarrubias.
0 comentarios