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ZALAMEA LA REAL - HISTORIA

ZALAMEA LA REAL EN LA EDAD MEDIA (II)

ZALAMEA LA REAL EN LA EDAD MEDIA (II)

LOS MUSULMANES INVADEN LA PENÍSULA 

La situación política de la España visigoda es incierta. Los grandes nobles adquieren una preponderancia  sobre el poder absoluto de los reyes. La propia tradición visigoda de sucesión real por elección favorece el poder de determinadas facciones nobiliarias. Al fallecer el rey Witiza, una de estas facciones coloca en el trono a Roderico, conocido posteriormente como Don Rodrigo. Sin embargo contó con la oposición de los nobles partidarios de los hijos de Witiza. Hecho que se pondría de relieve trágicamente más tarde como podremos ver.

Es de destacar en este momento un detalle que pudiera tener su importancia a la hora de valorar los topónimos de nuestra zona de posible origen hebreo. Hay constancia de que en tiempo de los visigodos existieron colonias hebreas cuya actividad principal era la mercantil y se prolongaron durante la dominación musulmana. Así pues no es descartable que la influencia de ese pueblo en algunos nombres de la zona pueda deberse a ellos. Es el caso de la antigua aldea zalameña, hoy desaparecida y de la que quedan tan solo unos pequeños restos, denominada Abiud, nombre de clara procedencia hebrea y cuya existencia en nuestro término plantea aún muchas incógnitas. Quizá su explicación pueda estar en la época que estamos tratando.

 Una época que había tocado a su fin. En el año 711 de nuestra era un ejército de musulmanes encabezado por Tariq derrota al último rey cristiano visigodo en la batalla de Guadalete y somete todo el sur peninsular al poder árabe.

 La causa de la invasión se había generado en realidad unos años antes desde la llegada al trono de don Rodrigo  al que, como  hemos explicado, se opusieron los hijos del anterior monarca, Witiza. El descontento entre la nobleza visigoda y el malestar de algunos sectores de la población por el trato de los visigodos propiciaron que algunos nobles, entro los que estaba el gobernador cristiano de Ceuta, Don Julián,  favorecieran la entrada en la península de un ejercito de musulmanes envíado por el gobernador del norte de África Musa ibn Nusair que puso al frente a Tariq ibn Ziyad. Mucho se ha escrito sobre la famosa batalla de Guadalete en la que se enfrentaron los ejércitos cristianos y musulmán, hay incluso autores que ponen en duda el lugar en el que se produjo y hasta la batalla misma reduciéndola a escaramuzas entre ambos ejércitos. Sin embargo recientes investigaciones dan verosimilitud a las fuentes que dan por cierta la batalla.

 Parece ser que ésta se produjo entre el 19 y el 26 de Julio de 711 y en ella participó el propio rey Rodrigo. En el transcurso del enfrentamiento los hijos de Witiza, a los que el rey había confiado los flancos del ejercito abandonaron el campo de batalla dejando completamente desprotegido el centro de las fuerzas cristianas. Este factor parece que fue decisivo y el choque acabó en una derrota total de Don Rodrigo que parece que perdió la vida en la contienda. Lo cierto es que a partir de ahí el reino hispano visigodo quedó a merced de los musulmanes que tan solo 3 años más tarde conquistaron la capital, Toledo.

Algunos años más tarde, las tropas del Abd-Al-Aziz, hijo de Musa, valí del norte de África, recorre el sudoeste peninsular para combatir los últimos focos de resistencia de los partidarios de Rodrigo y en su camino pasa por un lugar casi deshabitado cuyo nombre hoy solo podemos conjeturar, con numerosos edificios en ruinas que hablan de un pasado próspero. Lo encuentran agradable y con abundante agua. Sus pocos habitantes se someten pacíficamente. Los nuevos señores árabes son tolerante  y a cambio de un nuevo tributo “la chizya”, les permiten mantener sus costumbres y su religión. Con el tiempo grupos de musulmanes venidos de muy lejos se establecen en el lugar, levantan sus casas, cultivan sus campos, crean huertas, aprovechan sus fuentes y manantiales y venden sus productos a los que habían empezado a explotar las cercanas minas de Riotinto. Quizá por el carácter pacífico de sus gentes o quizá porque les recuerda su lugar de origen la bautizan con el nombre de “Salamya” 

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