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ZALAMEA LA REAL - HISTORIA

EL APROVISIONAMIENTO DE AGUA EN EL PASADO (II)

EL APROVISIONAMIENTO DE AGUA EN EL PASADO (II)

A lo largo del siglo XIX se pone de relieve la preocupación por la conservación de esta fuentes y pilares y por el aumento de su caudal, así se pone de manifiesto cuando en 1875, aprovechando el manantial existente  en el lugar, proveniente de lo que puede que fuera la desaparecida Fuente de la Atalaya, se acondiciona y reconstruye el Pilar de las Calles. Era este, sin duda, un pilar de relevancia para el pueblo por encontrarse en un punto estratégico y el ayuntamiento se preocupó por profundizar el  pozo que le servía de suministro y de mejorar las cañerías de  conducción de agua. Esta obra entrañó grandes dificultades debido a la dureza del terreno, por lo que hubo, en varias ocasiones que aumentar  el presupuesto.

Creemos que este pilar no se construye por primera vez en este año, sino de lo que se trató fue de acondicionarlo, levantar una nueva fuente y realizar obras que aumentaran su caudal, debido a la creciente necesidad de agua. Hoy lamentablemente nada de eso queda.

También encontramos numerosos datos sobre la Fuente del Fresno, de la que nos atrevemos a asegurar que es una de las más antiguas de nuestro pueblo, al menos la única que ha mantenido, como ya hemos dicho antes, igual denominación desde la Edad Media, puesto que es mencionada ya en las reglas de la Hermandad de San Vicente de 1425, al referirse al arroyo que llevaba su nombre. En 1883 la corporación acordó realizarle una serie de obras de acondicionamiento, dadas las pésimas condiciones en que se encontraba. Aquel año se le abrieron cuatro pozos que se enlazaron por medio de una galería subterránea. A finales de ese año, el 30 de Diciembre, el alcalde José González Domínguez, aquel que encabezó la manifestación de los humos en 1888, expuso con satisfacción que la obra de la Fuente del Fresno había dado excelentes resultados, habiendo aumentado su manantial de 3.500 a 19.500 litros al día, por lo que se acordó colocar una lápida en la misma recordando este evento, lápida que aún hoy puede contemplarse en el frontal de dicha fuente. Sin duda este resultado supuso un gran alivio para la población, ya que aquel año se registró una gran sequía.

A comienzos del siglo XX continúa la preocupación por el abastecimiento de agua y se procede a realizar obras de mejora en algunos pilares y fuentes, como las realizadas en 1905, año en el que se registra otra sequía, prolongando las cañerías del Pilar de la Fuente, que aumento el caudal en 4605 litros;  y del que ya mencionamos existía, probablemente, en la Puerta Real.

En 1914 se elaboraron unas nuevas ordenanzas municipales y en ellas se vuelve a poner de manifiesto, el interés por regular el uso del agua de los pilares y de las fuentes, permitiéndose abrevar las caballerías en el Pilar de la calles, en el de Indias y de la Fuente, y a toda clase de ganado en el Pilar Viejo y en el Nuevo, prohibiéndose en todos ellos bañarse y lavar la ropa.

 En 1928 comienza a ponerse en evidencia, con el aumento del consumo de agua, la insuficiencia de estos pilares con lo que se pone en marcha sucesivos proyectos de aprovisionamiento de agua.

En 1930, para justificar  uno de estros proyectos, se hace una relación de los pilares, fuentes y pozos públicos de los que dispone el pueblo, a saber:

Fuente del Fresno

Pilar de la Fuentes

Pilar de las Indias

Pilarete

Pozo de la Alameda

Pozo de las Tenerías

Pilar Nuevo

Fuentecita

Es de destacar que esta última, que recordemos estaba ubicada en la cañada que discurre al sur del Colegio de Primaria, proporcionaba ella sola en ese momento más de la tercera parte del total del agua que suministraban todas las demás.

Estos pilares y fuentes desempeñaron un gran papel hasta mediados de nuestro siglo, durante todo este tiempo propiciaron toda una cultura del agua: el uso de cántaros, pimporros  y otros recipientes para transportar y almacenar el agua, la existencia de un oficio, las “aguadoras”, y de un breve pero intenso ritual social que comportaba el acudir a por agua al pilar o a la fuente.

No hay que olvidar la importancia que en el suministro de agua tuvieron los pozos de casas particulares que supieron aprovechar las abundantes bolsas de agua subterráneas que hay en el pueblo, pozos que en muchos casos se están imprudentemente cegando en las obras de reforma o nueva construcción.

 Los intentos de un moderno abastecimiento a Zalamea culminan en 1958 con la construcción de un depósito de almacenamiento y seis  fuentes artificiales que se situaron en La Pastora, Cabezo Martín, en el rincón de la casa del tío Bartolo, El Jardín, Barriada del Rocío y Calle San Juan. A excepción de la del Cabezo  Martín todas ellas se conservan, pero sin realizar la función para que fueron destinadas.

Por último en 1963 se construye el pantano viejo y el tendido de la red de suministro de agua, y más recientemente el pantano nuevo. La moderna red de abastecimiento trajo como consecuencia  el que los pilares y fuentes quedaran relegadas al olvido y hoy sólo algunas personas acuden a ellas, por el apego que tienen a consumir sus aguas.

 No obstante, aun considerando que las fuentes y pilares tradicionales no pueden, en ningún caso, sustituir al agua que se suministra por la red, sí creemos que son testimonios vivos de la importancia que tuvo el agua en la historia de nuestro pueblo. Por tanto, desde aquí, queremos reivindicar su conservación y mantenimiento para sacarlos del lamentable estado en el que se encuentran algunos de ellos, no sólo por la importancia histórica que en sí tienen sino también porque constituye una parte de nuestro patrimonio y que, dada la problemática que el agua presenta en la actualidad, no hay que despreciar que en el futuro pudiera seguir proporcionando algún tipo de servicio a la comunidad. Confiemos que la Fuente del Fresno, el pilar de las Indias, el Pilar Viejo y el Pilarete y aquellos otros que están en la mente de todos, no se conviertan simplemente en un recuerdo, aunque sólo sea como homenaje a aquellos antepasados nuestros que tanto esfuerzo pusieron en conservarlos y mejorarlos.

Manuel Domínguez Cornejo          Antonio Domínguez Pérez de León

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