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ZALAMEA LA REAL - HISTORIA

SEMANAS SANTAS MARCADAS POR LA HISTORIA

SEMANAS SANTAS MARCADAS POR LA HISTORIA

Como todo evento cultural la Semana Santa se puede ver afectada por hechos de diversa índole que pueden señalar o determinar el sentido de su celebración. En cuatro ocasiones a largo de los siglos XVIII al XX ocurrieron  sucesos que tuvieron lugar durante la misma Semana Santa o en fechas próximas  a ella que impidieron su celebración  o hubieron de marcarlas significativamente  de un modo u otro.

La primera fue la Semana Santa  del año 1756. Apenas 4 meses antes había tenido lugar el terremoto de Lisboa, también conocido como de Andalucía. Ocurrió el 1 de noviembre de 1755 a las 9:35 de la mañana aproximadamente y vino precedido por una serie de temblores de menor intensidad, tuvo una duración de más de dos minutos. Su epicentro si situó a unos 400 metros al suroeste de la capital portuguesa. Fue de una intensidad brutal, alcanzando en las escalas de medición de entonces una intensidad equivalente a 9 puntos en la escala de Richter. Se sintió en la mayor parte de Europa, del norte de África y en la costa de América  y originó un tsunami que inundó buena parte de la campiña onubense, afectando a los cauces de los  ríos Tinto y Odiel. Se calcula que sólo en la provincia de Huelva perecieron alrededor de 2000 personas. Este terremoto, además de las víctimas y de los daños materiales, causó un terrible impacto psicológico en la población que tardó bastante tiempo en recuperarse. Afectó a la práctica totalidad de iglesias y campanarios de Huelva, la de Zalamea entre ellas. En nuestro caso su reconstrucción  tardó varios años y se terminó en 1758, de hecho la configuración actual del campanario tuvo su origen en esa época y aún son visibles en sus muros los efectos de ese terremoto por el material derrumbado que se utilizó en su reparación.

Evidentemente esto debió de afectar a todas las celebraciones religiosas que se llevaban a cabo al año siguiente por el estado en que consecuentemente quedó el templo parroquial. Tenemos constancia que en aquellos tiempos hacían su procesión la hermandad de la Vera Cruz, en la madrugada del Viernes Santo, y probablemente la hermandad del Dulcísimo Nombre de Jesús, antecesora de la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, aunque no podemos asegurar que esta procesionara durante los días de Semana Santa. En cualquier caso debieron verse afectadas por el terremoto ya que esa Semana Santa tuvo lugar entre los días 12 y 18 de Abril del 1756, apenas cuatro meses después.

La Segunda Semana Santa que se vio marcada por los hechos fue la de 1810, como consecuencia de la ocupación francesa de Zalamea durante la Guerra de la Independencia.

Como ya hemos tratado esta Guerra en otros artículos no vamos a extendernos con  detalles  en ella, solo mencionaremos que Zalamea participó de forma muy activa en la resistencia a los franceses. Concretamente en ese mismo año los zalameños llevaron a cabo una emboscada a un destacamento francés en el camino de Santa Olalla y el 11 de marzo se produjo la batalla de Palanco, en la que un grupo numeroso de vecinos de Zalamea y sus aldeas hizo retroceder a otro destacamento que procedente de Valverde pretendía tomar nuestro pueblo. Esto no pudo evitar que el 15 de Abril de 1810 las tropas francesas al mando del mariscal Montieur, procedentes del Castillo de las Guardas, entraran en nuestra población por la Fuente del Fresno y después de varias escaramuzas para vencer la resistencia que ofrecieron los lugareños, se adentraron en la villa por la calleja del Juego de las bolas, hoy calle Padre Gil, sometiendo finalmente al pueblo. Una vez controlada la situación procedieron  al asalto  y saqueo de casas y lugares públicos, profanando y expoliando la Iglesia Parroquial, lo que dio origen a la leyenda, no sabemos si cierta o no, del robo de la custodia de plata que en ella se guardaba.

Las tropas se marcharon dos días después, dejando al pueblo sumido en el terror y del que una buena parte de sus habitantes habían huido.

Aquel 15 de Abril de 1810 fue casualmente Domingo de Ramos, la Semana Santa fue entre los días 16 y 22 de abril.  En aquel tiempo sabemos con seguridad  que hacían su procesión la Vera Cruz y la Vía Sacra, que había sido fundada en 1777, pero no creemos que se desarrollaran con normalidad por lo reciente de los sucesos  y por el estado de pánico en el que se encontraría la población. Posteriormente la hermandad del Santísimo Sacramento organizaría actos de desagravio debidos las ofensas infringidas por los franceses al Sagrario y a las imágenes sagradas.

Otros dos hechos que también marcaron otras Semanas Santas por su proximidad a las fechas de su celebración, fueron los trágicos sucesos ocurridos en la manifestación del 4 de Febrero de 1888, un mes antes de la celebración de la Semana Santa que tuvo lugar entre el 26 de marzo y el 1 de abril de ese año y la Guerra Civil española que estalló en el verano de 1936 y que afectó a la semana Santa del año siguiente que se celebró del 21 al 28 de marzo de 1937, pero de ellas hablaremos con más detenimiento en otra ocasión.

 

 

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